Verónica Fuentes Mares abre sus recuerdos
Por Aracely Sánchez Ruiz
(Texto publicado en El Heraldo de Chihuahua, sábado 15
septiembre 2018).
Su voluntad era férrea, muy clara su vocación de escritor. A temprana edad definió
que le gustaba escribir y estudió la carrera universitaria para complacer a sus
papás, no porque tuviera vocación de abogado. Les dio gusto, se recibió y quizá
los primeros años sí le dio para comer, pero siempre se dedicó a lo que le
gustaba.
Así habla Verónica Fuentes Mares en el primer
centenario del natalicio de su padre, el escritor, historiador, filósofo e
historiador chihuahuense José Fuentes Mares.
Vivía para escribir.
Era muy dedicado al trabajo, describe. Podía dedicar
doce horas al día a escribir sin parar. Era su vocación.
Como padre, señala que vivía en su mundo y pasaba
mucho tiempo lejos durante sus investigaciones; pero los momentos que pasaba con
su familia en Majalca eran de calidad.
Trabajaba mucho para sostener a la familia y sacar adelante
sus proyectos literarios, subraya.
Desde joven, muchos años antes de dirigir Novedades de Chihuahua, don José ya
escribía para El Universal, su faceta
de periodista empezó a temprana edad.
Creo que por el 36 empezó a escribir, nueve años antes
de casarse, siendo un adolescente. Luego investigaba y seguía mandando
artículos. Primero fue El Universal y
cerca del final de su vida publicaba en Proceso
y Siempre. Escribía de tiempo
completo, si no era un libro, era para otros medios, apunta.
Su cómplice.
Emma Peredo jugó un papel trascendental en la vida de
su padre, dice Verónica: El legado que nos dejaron es de José y Emma; mi papá
no habría conseguido lo que logró si no hubiera sido por ella, quien siempre lo
apoyó en todo, siempre lo admiró, enfatiza.
Verónica cuenta que la dejaban, de niña, con sus dos
hermanos, encargada con las abuelas, para irse a investigar a Austin,
Washington, París, Sevilla…
Los grandes descubrimientos que hicieron en los
archivos los hicieron juntos, y cuando salía el primer original del libro, mi
mamá lo leía y daba su opinión. Fue su más dura crítica; él la tomaba mucho en
cuenta, discutían, llegaban a acuerdos y hacían cambios; algunos amigos
llegaron a decir que la que escribía era ella, eran un gran equipo, comenta
divertida.
Homenajes.
Para Verónica todos los escritores son inmortales,
porque aun cuando desaparecen su obra permanece. Cita como ejemplo Intravagario, el libro póstumo de su
padre.
No quería acabar de leerlo, sentía que era mantenerlo
vivo otro ratito. Ahora, años después de su partida, sé que vive en sus libros,
en todo lo que escribió y eso es exclusivo de los escritores.
Manifiesta gran orgullo de ser testigo y parte de los
homenajes que le han hecho a su padre en este año con motivo de los cien años
de su nacimiento.
Estos eventos cumplen la función de que los jóvenes lo
conozcan, como en la presentación de Su
Alteza Serenísima en el Paraninfo Universitario, me dio gusto ver que había
gente joven. En la exposición Intravagando
en Casa Chihuahua también había muchos comentarios de gente joven en el libro
de visitas, explica.
Esto de la exposición en 2011 fue a raíz de que me
metí a husmear por primera vez en los archivos de mi papá. Fue cuando realmente
lo conocí y pude ver que nada fue fácil. Estaban las cartas solicitando apoyos,
las becas, los permisos para ir a UTEP a investigar, toda esa documentación que
me ha dado mucha luz sobre su trayectoria y su vida, dice.
Todos los honores son para él, nosotros tuvimos la
bendición de nacer en esa familia, pero fue casual, no hicimos nada para
merecerlo”, declara.
Legado
Como heredera de la casa paterna y depositaria del
legado de 60 años de historia que guardaba entre sus paredes, Verónica organizó
y donó 35 cajas de libros y archivos personales de su padre a la hoy Secretaría
de Cultura, que pueden consultarse en la Biblioteca Central Carlos Montemayor.
Quise poner al servicio de la comunidad chihuahuense
el legado de mi padre. No lo quería guardado en cajas, ahí está para que todo
el que quiera pueda investigar, acentúa.
Este año la hija del escritor se autonombró Verónica
Fuentes Mares Peredo: En realidad soy Fuentes Peredo, pero con esta
conmemoración, haciendo honor a la celebración de su nacimiento, tengo la
libertad para decidir cómo me quiero llamar, finaliza.
Verónica Fuentes Mares Peredo
Licenciada en Ciencias de la Comunicación
Soy Verónica Fuentes Mares Peredo y a mucha honra. Sin
quitarle mérito a mí mamá, con toda la admiración y el amor que le tuve
siempre, sé que ella puede entender que a partir de hoy mi nombre sea así.
Tecnológico
Verónica no tiene idea de cómo habría tomado su padre
las nuevas tecnologías, pero le queda claro es que habría gastado muchísimo
menos papel. Todo era en su máquina mecánica, rollos y rollos de papel que se
habrían ahorrado de haber existido la computadora,
comenta divertida, al despedirse.
Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada
del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabaja en El Heraldo de Chihuahua,
donde inició como correctora y desde hace doce años es reportera de la sección
de espectáculos y cultura.