martes, 2 de octubre de 2018

Aracely Sánchez Ruiz. Verónica Fuentes Mares abre sus recuerdos

Verónica Fuentes Mares abre sus recuerdos


Por Aracely Sánchez Ruiz


(Texto publicado en El Heraldo de Chihuahua, sábado 15 septiembre 2018).


Su voluntad era férrea, muy clara su  vocación de escritor. A temprana edad definió que le gustaba escribir y estudió la carrera universitaria para complacer a sus papás, no porque tuviera vocación de abogado. Les dio gusto, se recibió y quizá los primeros años sí le dio para comer, pero siempre se dedicó a lo que le gustaba.
Así habla Verónica Fuentes Mares en el primer centenario del natalicio de su padre, el escritor, historiador, filósofo e historiador chihuahuense José Fuentes Mares.
Vivía para escribir.
Era muy dedicado al trabajo, describe. Podía dedicar doce horas al día a escribir sin parar. Era su vocación.
Como padre, señala que vivía en su mundo y pasaba mucho tiempo lejos durante sus investigaciones; pero los momentos que pasaba con su familia en Majalca eran de calidad.
Trabajaba mucho para sostener a la familia y sacar adelante sus proyectos literarios, subraya.
Desde joven, muchos años antes de dirigir Novedades de Chihuahua, don José ya escribía para El Universal, su faceta de periodista empezó a temprana edad.
Creo que por el 36 empezó a escribir, nueve años antes de casarse, siendo un adolescente. Luego investigaba y seguía mandando artículos. Primero fue El Universal y cerca del final de su vida publicaba en Proceso y Siempre. Escribía de tiempo completo, si no era un libro, era para otros medios, apunta.
Su cómplice.
Emma Peredo jugó un papel trascendental en la vida de su padre, dice Verónica: El legado que nos dejaron es de José y Emma; mi papá no habría conseguido lo que logró si no hubiera sido por ella, quien siempre lo apoyó en todo, siempre lo admiró, enfatiza.
Verónica cuenta que la dejaban, de niña, con sus dos hermanos, encargada con las abuelas, para irse a investigar a Austin, Washington, París, Sevilla…
Los grandes descubrimientos que hicieron en los archivos los hicieron juntos, y cuando salía el primer original del libro, mi mamá lo leía y daba su opinión. Fue su más dura crítica; él la tomaba mucho en cuenta, discutían, llegaban a acuerdos y hacían cambios; algunos amigos llegaron a decir que la que escribía era ella, eran un gran equipo, comenta divertida.
Homenajes.
Para Verónica todos los escritores son inmortales, porque aun cuando desaparecen su obra permanece. Cita como ejemplo Intravagario, el libro póstumo de su padre.
No quería acabar de leerlo, sentía que era mantenerlo vivo otro ratito. Ahora, años después de su partida, sé que vive en sus libros, en todo lo que escribió y eso es exclusivo de los escritores.
Manifiesta gran orgullo de ser testigo y parte de los homenajes que le han hecho a su padre en este año con motivo de los cien años de su nacimiento.
Estos eventos cumplen la función de que los jóvenes lo conozcan, como en la presentación de Su Alteza Serenísima en el Paraninfo Universitario, me dio gusto ver que había gente joven. En la exposición Intravagando en Casa Chihuahua también había muchos comentarios de gente joven en el libro de visitas, explica.
Esto de la exposición en 2011 fue a raíz de que me metí a husmear por primera vez en los archivos de mi papá. Fue cuando realmente lo conocí y pude ver que nada fue fácil. Estaban las cartas solicitando apoyos, las becas, los permisos para ir a UTEP a investigar, toda esa documentación que me ha dado mucha luz sobre su trayectoria y su vida, dice.
Todos los honores son para él, nosotros tuvimos la bendición de nacer en esa familia, pero fue casual, no hicimos nada para merecerlo”, declara.
Legado
Como heredera de la casa paterna y depositaria del legado de 60 años de historia que guardaba entre sus paredes, Verónica organizó y donó 35 cajas de libros y archivos personales de su padre a la hoy Secretaría de Cultura, que pueden consultarse en la Biblioteca Central Carlos Montemayor.
Quise poner al servicio de la comunidad chihuahuense el legado de mi padre. No lo quería guardado en cajas, ahí está para que todo el que quiera pueda investigar, acentúa.
Este año la hija del escritor se autonombró Verónica Fuentes Mares Peredo: En realidad soy Fuentes Peredo, pero con esta conmemoración, haciendo honor a la celebración de su nacimiento, tengo la libertad para decidir cómo me quiero llamar, finaliza.
Verónica Fuentes Mares Peredo
Licenciada en Ciencias de la Comunicación
Soy Verónica Fuentes Mares Peredo y a mucha honra. Sin quitarle mérito a mí mamá, con toda la admiración y el amor que le tuve siempre, sé que ella puede entender que a partir de hoy mi nombre sea así.
Tecnológico
Verónica no tiene idea de cómo habría tomado su padre las nuevas tecnologías, pero le queda claro es que habría gastado muchísimo menos papel. Todo era en su máquina mecánica, rollos y rollos de papel que se habrían ahorrado de haber existido la computadora, comenta divertida, al despedirse.




Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabaja en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y desde hace doce años es reportera de la sección de espectáculos y cultura.

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